Reseña "Apnea" de Rubén Tejerina
18:24:00
Eres infinita
y podría llenar vasos y vasos de ti,
todos con diferente sabor,
todos con una paz que significase el abismo,
todos…
Son las dos menos tú
de la mañana,
en Nairobi un niño desobedece su deber del agua,
nadan a oscuras los tiburones del Pacífico,
la bolsa de Tokio arde en las pantallas,
en Hollywood despiertan los aspersores,
están los científicos atentos a las señales desde la NASA.
Ignoro cómo he llegado hasta aquí,
como desconozco las propiedades del magnesio,
la técnica romántica de afinación de un piano,
o por qué ofrecen tranquilidad las ventanas frente al mar.
Soy un sinónimo más del abandono.
Apnea
significa falta
o suspensión de la respiración, pero no en este libro. En este libro
el autor nos explica los diferentes significados que puede englobar esta
palabra en la primera página. Y sobre esos cuatro significados, además del
significado común, podríamos decir que juega todo el libro.
Cuando
hice la colaboración con Frida este fue el segundo libro que empecé a leer,
pero como podéis ver, es el último en ser reseñado. Esto se debe a que no es
fácil de leer. Esto no significa que no os vayáis a enterar de los que dice,
ahora, conforme avance la reseña, explicaré lo que he querido decir con esto.
Yo quería que recostases tus penas
en mi hombro como inclinan los
violinistas el mundo sobre su música.
También
tenemos que contar con la extensión del libro, pues los libros de
poesía eran bastante más finitos y este es un poco más largo, no mucho más,
pero sumado a lo que he dicho antes se ha convertido en el libro que más he
tardado en leer de los cuatro.
El
libro se divide en seis partes: Teatro Pereyra, Hábitos de boxeador, Polaroids,
Tienda de disfraces, Bengalas, poemas y otras señales de auxilio y Lugares para
el abandono, que a su vez está dividido en tres: Manual para habitantes del
circo, Sobre cómo pasar la tarde en un parque de atracciones y Zoológico donde
existe un dragón dormido.
Cada
una de las partes se diferencia de las otras, pero si hiciera una reseña
ordenada analizando cada una de las partes podríamos estar aquí hasta mañana. Es
haciéndola en conjunto y no prometo que sea corta…
El
estilo de Rubén Tejerina me sorprendió cuando comencé a leer el libro, no
me esperaba un estilo tan alejado de lo comercial, ni tan profundo, por lo que al superar
mis expectativas solo me ha podido sorprender.
Mientras, me consumo,
como se muere el tabaco en los dedos
del tiempo
Empezó
siendo una maravilla de libro, pero me ha sido imposible leerlo rápido, algo
que no es para nada malo, sino todo lo contrario. Normalmente leo por la noche, en el único momento “libre” del día, por lo que hay que sumar el cansancio de
todo el día. En este sentido le he pillado un poco de manía (manía en
el buen sentido) porque quería relajarme leyendo y no podía, porque los poemas
me pedían que estuviera atenta y fuera con atención, por lo que relajarme poco.
Como veis es una manía buena, porque el juego entre poeta y lector está
presente en todo el libro. Algo que me encanta y es lo que siempre le pido a los libros.
Esta
es la principal razón por la que he tardado más en leerlo, porque el libro
exige atención y cuando llegas a un límite tienes que dejarlo. Pero mi límite
con este libro llegaba demasiado pronto, algo que todavía no entiendo, ni se
explicarlo.
Los
poemas que vais a encontrar en este libro, no son poemas comerciales, ni frases
bonitas con las que conseguir RTs fáciles. Son poemas elaborados, de temas muy
diversos: puede hablar de cualquier cosa como introducción de otro tema
distinto o como una metáfora. Los poemas son muy versátiles en ese sentido.
Los mejores versos se han perdido
pero yo podré recordarte siempre joven.
Pero
aunque los poemas son elaborados, con un estilo alejado de lo comercial y me
han gustado, no he terminado de conectar con ellos. Analizados de una forma
fría e independiente, uno a uno, me han gustado, pero a la hora de verlos en conjunto no
he llegado a conectar con ellos, debido a que cuando cambiaba de un poema a otro no
notaba la diferencia al ser tan semejantes, por lo que al cambiar de poema tenía que tomarme unos segundos y pensarlo, ya que si no parecía como si siguiera en el mismo poema.
Esto es lo que menos me ha gustado del libro, me ha llegado a parecer
repetitivo en algunos tramos. No por el tema, que me ha parecido diverso
y de calidad, sino por el estilo.
Como siempre digo, hago las reseñas basándome en lo que me ha parecido a mi personalmente y lo que yo he experimentado al leerlo, lo que no quiere decir que a ti te pase lo mismo.
Quitando eso, el libro en general me ha gustado y sorprendido. Quizá me parezca pesado para leerlo seguido, pero creo que es muy interesante para volver a él a leer poemas sueltos.
Hacía tiempo que quería encontrar un estilo poético como el de Rubén Tejerina, un estilo que cuidara el lenguaje y la forma, que ter perdieras en versos bellos.
Hay más poesía en la vida que en los libros.

En general ha sido una buena lectura, algo tediosa en ocasiones, pero muy reconfortante en otras, por lo que me quedo con todo lo bueno que me ha aportado este libro y prometo volver a él.
Si estáis comenzando a leer poesía no es el libro que más os recomiendo, porque es poesía muy autentica, muy bella, muy poética y quizá acostumbrados a leer texto comerciales que muchas veces se confunden con poesía no os guste mucho el estilo, pero no lo descartéis si habéis empezado a leer poesía hace poco, pero de la buena, no la de redes sociales.
Si sois lectores frecuentes de poesía creo que es un libro que a muchos os puede gustar. Si os gusta los poetas que cuidan la belleza de las palabras, del estilo y la estructura os lo recomiendo porque en ese aspecto os va a gustar mucho. En cambio si sois más de mensajes, de realismo sucio o semejantes no creo que os guste tanto porque como ya he dicho es un libro para perderse en las belleza de los versos más que en el mensaje en sí, aunque tiene poemas para todos los gustos dentro de este estilo.
Yo, por ahora, volveré a él dentro de un tiempo porque creo que es un libro que merece la pena releer y analizarlo en profundidad, es un libro al que hay que echarle tiempo para recoger los frutos.
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